Las madres latinas luchan por la justicia climática » Yale Climate Connections

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Cada segundo domingo de mayo en Estados Unidos, celebramos a quienes nos dieron la vida, nos cuidan y nos enseñan a cuidar. Pero este Día de las Madres también puede ser una oportunidad para reconocer a quienes extienden ese amor y compromiso más allá del hogar, alzando la voz por la salud de sus hijos y la del planeta. Porque proteger a la Madre Tierra también es proteger a nuestros propios hijos.

En Estados Unidos, los niños latinos enfrentan riesgos ambientales desproporcionados que afectan su salud respiratoria. Por ejemplo, los niños puertorriqueños tienen más del triple de probabilidades de padecer asma que los niños blancos no hispanos, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.

Un estudio publicado por el Instituto Nacional de la Salud reveló que la contaminación del aire está asociada con un mayor riesgo de ataques de asma en jóvenes que viven en zonas urbanas desfavorecidas. Tanto para jóvenes como para adultos, residir cerca de áreas con alto tráfico vehicular incrementa la exposición a contaminantes atmosféricos. A esto se suma el impacto del cambio climático, que está intensificando las olas de calor, deteriorando la calidad del aire y aumentando la exposición a alérgenos, según la Asociación Americana del Pulmón. Estas condiciones representan una amenaza directa para la salud infantil, especialmente en comunidades vulnerables.

Cuando el amor maternal se convierte en acción climática

En este contexto, madres latinas como Liz Hurtado y Mary Wagner han decidido involucrarse activamente en la defensa del medio ambiente. Ambas reconocen que su papel como madres está profundamente vinculado a la protección del entorno, especialmente cuando se trata de garantizar un futuro más saludable para sus hijos.

Liz Hurtado, madre de cuatro hijos, quien reside en Simsbury, Connecticut, y es miembro de la organización EcoMadres. Lanzada en 2018, EcoMadres es una iniciativa nacional de Moms Clean Air Force que promueve la participación de comunidades latinas en la defensa de la justicia ambiental y climática. El programa se enfoca en proteger la salud infantil frente a la contaminación del aire y en empoderar a las familias para que eleven su voz en decisiones clave.

Hurtado considera que el Día de la Madre es un recordatorio poderoso de por qué lucha por un aire limpio. Para ella, se trata de amor, protección y de asegurar que sus hijos crezcan en un ambiente saludable. Su identidad cultural también ha moldeado esta visión: “Como latina, mi cultura me enseña a liderar con el corazón, y eso guía tanto mi forma de criar a mis hijos como mi forma de abordar mi trabajo”, afirmó.

A través de EcoMadres, ha encontrado una comunidad que comparte esta lucha y que busca que el derecho a respirar aire limpio sea una realidad para todos, especialmente para las comunidades de color que históricamente han sido marginadas y expuestas a mayores niveles de contaminación. De acuerdo con un estudio publicado por la EPA en EE. UU., las personas pertenecientes a minorías respiran, en promedio, más contaminación por partículas finas, una conclusión que se mantiene en todos los niveles de ingresos y regiones del país.

El compromiso ambiental de Hurtado se traduce en acciones cotidianas. En su hogar ha priorizado la creación de un entorno más sano, tomando decisiones conscientes, como reducir el uso de plásticos. “Sabemos lo tóxico que es, así que usamos plásticos reutilizables y evitamos los de un solo uso siempre que sea posible”, dijo. Además, mantiene conversaciones abiertas con sus hijos sobre el cambio climático y la contaminación, buscando que ellos comprendan el mundo que están heredando y que se sientan empoderados para transformarlo. “Quiero que se sientan escuchados, que hagan preguntas y que comprendan el mundo que heredan”, Hurtado explicó. “Estas decisiones, tanto prácticas como emocionales, ayudan a proteger su salud hoy y los empoderan para ser guardianes responsables del planeta en el futuro”.

Hurtado inspira a sus hijos y a otras madres latinas

Para Hurtado, el liderazgo de las madres latinas es clave en la lucha por la justicia ambiental. “Llevamos generaciones con sabiduría sobre cómo vivir en armonía con la tierra”, explicó. En su experiencia personal, ha sido testigo de cómo su propio activismo ha inspirado a sus hijos. Su hija, con tan solo nueve años, se convirtió en defensora del medio ambiente después de verla involucrada en campañas comunitarias.

Hurtado tuvo la oportunidad de presentar al ex administrador de la EPA, Michael Regan, en un acto donde se dieron a conocer nuevas regulaciones para reducir la contaminación. Aquel instante le recordó el poder del liderazgo comunitario y cómo puede inspirar a las generaciones más jóvenes a alzar la voz y defender la justicia ambiental con determinación y amor.

Desde su rol de madre y activista, Hurtado invita a otras mujeres a involucrarse. Cree firmemente que nuestras voces importan y que no se necesita ser experta para empezar. “Participar no tiene por qué ser abrumador. Puede empezar con pequeños cambios en casa, alzando la voz en una reunión local o uniéndose a grupos como EcoMadres”. Hurtado señaló que los hijos aprenden observando el ejemplo de sus padres y que heredarán el mundo que estos les dejen. Por eso, al tomar acción, no solo se protege el planeta, sino también el porvenir de las nuevas generaciones.

Mary Wagner transforma la preocupación por su hijo en acción climática

Por su parte, Mary Wagner madre de dos niños, residente de Nevada, vive esta lucha desde una experiencia íntima y concreta: su hijo mayor es asmático. Fue a través de su preocupación por la salud de su hijo que comenzó a informarse sobre los efectos de la contaminación del aire y del aumento de temperaturas extremas. Aprendió que la quema de combustibles fósiles, promovida por compañías de gas y petróleo, no solo alimenta la crisis climática, sino que también deteriora la calidad del aire. Lo que más le sorprendió fue enterarse de que estas mismas empresas gastan millones de dólares en cabildeo para evitar regulaciones más estrictas y propagar desinformación sobre la energía renovable. “Eso me motivó a actuar”, confesó. Ahora, Wagner es la organizadora de campo en Nevada para Moms Clean Air Force.

En julio de 2024, Wagner y su hijo asmático adolescente debieron quedarse en casa por el humo del incendio Post en California, que quemó más de 15,000 acres. Esta experiencia reforzó su activismo: monitorea el aire a diario y cancela actividades para proteger la salud de su hijo cuando hay mala calidad de aire.

Para Wagner, el Día de las Madres es también un momento de reflexión sobre el papel que tienen las mujeres en la protección de la salud de sus hijos. “Queremos lo mejor para ellos, y eso incluye un ambiente limpio y sano”, afirmó. Su compromiso ambiental se ha traducido en un cambio de estilo de vida: ahora conduce un vehículo eléctrico, su familia ha reducido drásticamente el uso de plásticos y todos en casa utilizan botellas de agua y bolsas reutilizables. “Además, hablo con mi familia, amigas y otras madres sobre estos temas para que juntas podamos hacer un cambio y que podamos apoyar leyes que protejan al medioambiente”.

Una red maternal de apoyo

Wagner destaca que las madres latinas tienen un rol fundamental como agentes de cambio en sus comunidades. Cree en el poder de la red entre mujeres: “Nos apoyamos unas a otras, y cuando nos unimos, tenemos una voz fuerte. Podemos ser líderes en nuestras comunidades y luchar por un ambiente más justo y saludable”.

En cuanto a su mensaje para otras madres en este Día de la Madre, Wagner es clara: cada pequeña acción cuenta. No hace falta ser especialista en clima o ciencia para empezar a cuidar el planeta. Basta con empezar desde casa y no tener miedo a hablar del tema. “Si nos unimos como madres, podemos lograr un gran impacto y dejarles a nuestros hijos un mundo más sano y seguro”.

Madres que siembran justicia ambiental para las nuevas generaciones

En un país donde más de 26 millones de personas, incluidos 4.7 millones de latinos, viven con asma, el activismo ambiental de madres como Hurtado y Wagner es una respuesta urgente al contexto que viven sus hijos.

El trabajo de estas madres también revela una verdad poderosa: la crisis climática no es un problema distante ni abstracto. Se manifiesta en los cuerpos de los niños cuando tienen que usar un inhalador para poder correr. Se mide en grados cuando las olas de calor impiden jugar al aire libre. Se nota en los bolsillos cuando los gastos médicos aumentan por enfermedades prevenibles.

Ambas madres coinciden en que actuar por el medio ambiente es una forma más de ejercer su rol maternal. Como dijo Hurtado: “Proteger a nuestra madre tierra es una extensión de ese amor”.

El Día de las Madres no solo debe celebrarse con flores o tarjetas. Puede ser también una oportunidad para sembrar conciencia y compromiso. Las historias de Hurtado y Wagner muestran que cuando una madre se informa, actúa y comparte, no solo mejora la vida de su familia, sino que siembra semillas de justicia y esperanza en su comunidad. “Cada pequeña acción cuenta. Si nos unimos como madres, podemos lograr un gran impacto”, dijo Wagner.

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