Desde principios de julio, un grupo de hombres ha estado detenido en los Everglades de Florida, con solo una tela de carpa entre ellos y el entorno hostil. Duermen en literas dentro de jaulas instaladas en grandes carpas blancas. Los encarcelados afirman que la comida es escasa y está infestada de gusanos, que las aguas residuales han inundado el suelo, y que el calor está insoportable a veces.
El gobierno estatal, liderado por el Partido Republicano, está deteniendo a cientos de personas en este campamento improvisado que sus partidarios llaman “Alligator Alcatraz” en inglés, una instalación de detención de inmigrantes que el estado construyó en ocho días sobre una pequeña pista de aterrizaje. Los opositores lo llaman “Alligator Auschwitz” para subrayar su crueldad.
La cercanía del campamento a los humedales hace que las personas detenidas allí sean especialmente vulnerables a los daños ambientales, los cuales se han vuelto aún más peligrosos en los últimos años debido al cambio climático. El cambio climático ha incrementado la amenaza de exposición a tormentas, calor extremo y enfermedades infecciosas en los Everglades y otros lugares parecidos. A medida que el planeta se calienta, los huracanes se vuelven más intensos y los patrones de lluvia, menos predecibles. Mientras tanto, los mosquitos que pueden transmitir enfermedades están prosperando.
Un joven nicaragüense de 21 años detenido en la cárcel dijo que se ve obligado a sudar bajo mantas para evitar las dolorosas picaduras de mosquitos, que lo atacan durante toda la noche. El joven, que pidió permanecer en el anonimato mientras esté detenido, describió las condiciones de la prisión a su amiga Shaunti Gibson, quien ha estado abogando por su liberación en TikTok y GoFundMe. El Miami Herald ha informado descripciones similares por parte de otras personas detenidas allí: insectos gigantes, inodoros que no funcionan y temperaturas incómodas, ya sea demasiado frías o demasiado calientes. Un detenido dijo a la Associated Press que las celdas son como jaulas de zoológico, “llenas de mosquitos, grillos y ranas”. (Stephanie Hartman, de la División de Manejo de Emergencias de Florida, negó estas descripciones a Yale Climate Connections. “La instalación está en buen estado y los detenidos tienen acceso a agua potable, duchas y espacios limpios para su higiene”, escribió en un correo electrónico).
Un grupo de legisladores republicanos y demócratas visitó el lugar el 12 de julio, pero no se les permitió hablar con los detenidos. El representante Maxwell Frost, quien representa a Florida Central, publicó un video tras la visita en el que dijo: “Las condiciones son horribles”.
La cárcel, elogiada por el presidente Donald Trump y su administración, está supervisada por Kevin Guthrie, director ejecutivo de la División de Manejo de Emergencias de Florida, y se basa en una propuesta del fiscal general del estado, James Uthmeier. Se espera que dólares federales provenientes de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) ayuden a financiar la instalación, cuyo costo operativo será de 450 millones de dólares al año.
Las autoridades planean detener hasta 5,000 personas en este sitio remoto. Sin embargo, los funcionarios estatales no han revelado públicamente sus planes de evacuación o de respuesta ante emergencias relacionados con este centro.
Cuando Yale Climate Connections envió un correo electrónico a la oficina del fiscal general de Florida para preguntar sobre dichos planes, el director de comunicaciones Jeremy Redfern ignoró las preguntas y, en su lugar, pidió la definición de “justicia ambiental”, respondiendo que “todo el estado de Florida” es vulnerable al clima extremo y a los mosquitos. Posteriormente, compartió una captura de pantalla del intercambio de correos con sus más de 65,000 seguidores en X (antes Twitter), describiendo al reportero de Yale Climate Connections como un “guerrero de la justicia social”.
Insectos chupasangre

Aunque cualquier persona en Florida puede experimentar el clima extremo y sufrir picaduras de mosquitos, existen claras diferencias entre vivir en los centros urbanos del estado y permanecer involuntariamente en una tienda de campaña en los Everglades.
“La idea de que todo el estado de Florida se ve afectado de la misma manera es falsa”, dijo la representante Anna Eskamani, una demócrata que representa a Orlando y ha sido una de las voces más críticas del campamento de detención. Ha vivido toda su vida en Florida, pero afirmó que ha tenido que usar mosquiteros durante sus visitas a los Everglades.
“Puedo decirles que el nivel de mosquitos en los Everglades es intenso”, dijo Eskamani.
El joven nicaragüense de 21 años describió a hombres con el rostro, las manos, el estómago y la espalda enrojecidos e hinchados por las picaduras de mosquitos.
“Yo, por mi parte, no pondría a ningún ser querido en ese entorno, dadas las condiciones en las que parece que están”, dijo Amy Vittor, profesora asociada del Colegio de Medicina de la Universidad de Florida, quien estudia enfermedades transmitidas por vectores, es decir, enfermedades propagadas por organismos como los mosquitos.
Enfermedades conocidas como el dengue o la malaria no suelen transmitirse por las especies de mosquitos que habitan en los humedales. Sin embargo, los mosquitos de esa zona pueden portar el virus del Nilo Occidental y otros patógenos menos conocidos que pueden afectar el sistema nervioso y se han asociado con problemas cognitivos a largo plazo, explicó Vittor. Otros virus pueden causar síntomas similares a los de la gripe o, en casos extremos, provocar inflamación cerebral.
“Las personas que viven en ciudades de este país, en su gran mayoría, están protegidas detrás de ventanas y aire acondicionado. Así que, aunque esos virus estén presentes en el entorno cercano, nuestra exposición real suele ser mínima gracias a la infraestructura que tenemos”, añadió Vittor.
Calor, tormentas e inundaciones
A principios de la semana pasada, se esperaba que el índice de calor —que toma en cuenta la humedad— alcanzara entre 105 y 110 grados Fahrenheit en el sur de Florida, lo que llevó al Servicio Meteorológico Nacional a emitir una advertencia instando al público a buscar espacios con aire acondicionado. Según la organización sin fines de lucro Climate Central, este reciente pico de calor fue cinco veces más probable debido al cambio climático. Aunque el estado ha dicho que el campamento cuenta con aire acondicionado, los testimonios de los detenidos indican que el enfriamiento es inconsistente o, cuando funciona, es excesivo.
Las tormentas y las inundaciones también ponen en riesgo todo el campamento. A principios de julio, funcionarios estatales dijeron a un grupo de periodistas que las tiendas pueden resistir vientos de un huracán de categoría 2, pero un día después de su apertura, una típica tormenta en los Everglades provocó una pequeña inundación dentro de la instalación.
Jeff Masters, meteorólogo de Yale Climate Connections, participó en misiones de entrenamiento en la pista de aterrizaje de los Everglades durante la década de 1980, como parte de las misiones de caza de huracanes con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). Dijo que esa zona no es apta para mantener personas por períodos prolongados, especialmente durante la temporada de huracanes.

Masters señaló que se han registrado siete huracanes que han afectado el sitio. Al menos tres de ellos desde 1999 (Irene, Irma y Eta) han dejado entre siete y diez pulgadas de lluvia en la zona, que se encuentra a solo entre siete y doce pies sobre el nivel del mar. Si un huracán golpeara el área, el impacto sobre los detenidos dependería de qué tan bien haya sido diseñada la instalación para drenar el agua. La rapidez y eficacia de una evacuación serían otros factores cruciales. Solo hay una carretera de entrada y salida del lugar.
“Trasladar a 3,000 personas desde el medio de la ciénaga hacia quién sabe dónde en una carrera desesperada, si ese es el escenario, es irresponsable y peligroso”, dijo Thomas Kennedy, asesor de políticas de la Coalición de Inmigrantes de Florida, quien ha estado organizando acciones en contra de la instalación y en defensa de los derechos de las personas detenidas.
¿Qué sigue?
Grupos ambientalistas como Friends of the Everglades y el Center for Biological Diversity están impugnando la legalidad de la instalación en los tribunales, argumentando que la contaminación acústica, la contaminación lumínica, los desechos humanos y la demanda de agua amenazan la fragilidad del ecosistema de los humedales.
“Esto representa una amenaza existencial para los Everglades y para la forma en que protegemos nuestros parques nacionales y reservas en este país”, dijo Eve Samples, directora ejecutiva de Friends of the Everglades.
Mientras tanto, personas como Gibson —la amiga del joven nicaragüense de 21 años— cargan con la angustia de la incertidumbre por sus seres queridos. Ella describe a su mejor amigo como una persona “brillante, enérgica” con un futuro prometedor por delante.
“Él vino aquí en busca de una vida mejor, para poder formar una familia, proveer, ayudar a otros y tener éxito”, dijo Gibson.
En cambio, él dice que está viviendo una pesadilla: comida incomible y agua potable con un sabor extraño que se le irrita la garganta. Le expresó tristeza a su amiga y describió la situación como una violación a los derechos humanos.
El Miami Herald publicó el 13 de julio una lista de más de 700 personas que están o serán enviadas a la instalación, solo un tercio tiene condenas legales, y más de 250 no tienen antecedentes penales ni cargos en su contra.
Según el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ya han trasladado a unos 100 detenidos hacia otros países.
El representante Frost dijo en un video publicado tras su visita al campamento el 12 de julio que escuchó a los hombres gritar: “¡Libertad!”. También dijo haber oído a alguien exclamar: “¡Soy ciudadano estadounidense!”.